lunes, 19 de noviembre de 2007

Si gana la ansiedad...



El concepto estrés implica socialmente una connotación negativa, aunque se trata de una respuesta para mantener al cuerpo en alerta, los problemas comienzan cuando existe un desequilibro entre trabajo y esparcimiento.





Como ella, existen millones de personas en el mundo, Beatriz es sólo un caso de un inadecuado manejo del estrés. Egresada de la licenciatura de médico cirujano conoce a la perfección los mecanismos de defensa, las funciones biológicas y la importancia de los hábitos de alimentación, de la actividad física y de dormir lo suficiente. Pero en su vida las cosas se complican, transita entre el estrés y la ansiedad, le agobia sentirse así, sin embargo no puede hacer nada.



Para el psiquiatra del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, Ricardo Virgen hay un elemento clave para controlar el estrés: la capacidad de adaptación de cada sujeto ante las situaciones que se presentan en lo cotidiano.


Los problemas comienzan cuando esa capacidad se pierde y la sensación de vacío impera, así como la saturación de actividades sin metas a corto plazo.



Aunque socialmente el estrés se ha relacionado con aspectos negativos, es una respuesta del organismo que permite enfrentar diversas circunstancias de la vida. Se le considera un estado de tensión que varía en cada individuo, según la capacidad de adaptación a los ritmos de actividades, la inestabilidad en la rutina es la causa principalmente de trastornos afectivos, cuyo antecedente radica en el manejo del estrés.



“El estrés no es exclusivo del ambiente citadino, en el campo también está presente pero la adaptación es más sencilla porque las personas se rigen por los ciclos naturales”, explicó el especialista.



Las sugerencias para identificar la falla son las valoraciones médicas y las autoevaluaciones. Es importante buscar las repeticiones en las molestias físicas, que son las más evidentes, como los dolores de cabeza, alteraciones en el estado de ánimo y en el sueño.



Su control dependerá de factores laborales, familiares, emocionales o internos, es decir aquellos derivados de las enfermedades crónicodegenerativas. “Hay personas susceptibles a desarrollar depresión y ansiedad, una enfermedad con marcaje genético, aunque su antecedente está en mal manejo del estrés”. Si a lo anterior se le suman otros factores como los malos hábitos, la desorganización, la descompensación entre trabajo y descanso, la mala comunicación, la falta de metas a corto plazo y asumir que el goce es algo fortuito este padecimiento se convierte en un malestar cotidiano.




¿En qué momento del día te estresas? “Todo el día estoy -responde Beatriz con una risita ansiosa- pero me agobio durante la noche porque no logro dormir”.



La rutina de la egresada de medicina, quien también es docente consiste en preparar su clase, calificar trabajos, estudiar para el examen de concurso a la especialidad en psiquiatría, “es decisivo en mi vida”. Lo que me preocupa es el examen y las otras cosas se agregan porque siento que se me salen de control”. También cree que sacrifica lo que le gustan hacer. Como Beatriz hay muchas personas que no logran terminar las tareas, que se supone, tendría que realizar por la falta de tiempo, resultado de la mala organización.



“El estrés no es bueno ni malo, depende de la capacidad de adaptación de la persona, es básico identificar si se ingieren estimulantes como alcohol, tabaco y otros que satisfacen al momento pero cobran al largo plazo” sentenció psiquiatra.



El problema con el estrés es la descompensación en el estilo de vida, se requiere ser conscientes de las capacidades y ver que el ritmo de trabajo no rebase ni cause un desequilibrio.



Ricardo Virgen sugiere como primera evaluación escuchar a los comentarios de las personas cercanas. “El estrés es el ritmo de funcionalidad, es un orden que no se debe de perder. El punto clave, y que nunca se aclara, es establecer metas a corto, mediano y largo plazo, si yo tengo una meta planteo mi vida para lograrla, cuando no están definidas se pretende alcanzar algo indefinido”, explicó el médico.



Una vez que la meta se logra es importante un descanso para reconsiderar la siguiente, pero si se continua con la misma dinámica y el estrés no está dosificado es cuando vienen las alteración físicas y emocionales.




Respuestas somáticas


La gente se acostumbró al estés excesivo y lo ha hecho parte de su vida, además se asumen que los hábitos alimenticios y de sueño son sacrificables o movibles.


Su manejo inadecuado se presenta en forma somática, sobretodo por problemas de comunicación que orillan a no canalizar de manera constructiva, esa energía. “La mente no se queda con nada, lo más común son las enfermedades gastrointestinal, reacciones cutáneas, insomnio y otros”, explicó Ricardo Virgen.




Otras medidas


Mantener un orden es esencial así como combinarlo con estimulantes naturales, entre ellos la actividad física, eso incluye, las relaciones sexuales con una buena comunicación, equilibrar trabajo y tiempo libre, mejorar los hábitos de alimentación y sueño, la planeación de la vida para determinar que se va a disfrutar: “se piensa que disfrutar es una acción al azar, que está fuera de nuestro control”, explicó el psiquiatra Ricardo Virgen.





Mayra Torres de la O/Guadalajara


Periódico Público


Suplemento UNO


17 de Noviembre del 2007

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